Si toda la casa fue metamorfoseándose en apariencia y función a lo largo de los años, el salón quizá es el que más cambios ha visto.
En su origen fue un pequeño espacio en el que los óleos y los lienzos invadían las esquinas.
Más tarde pasó a curioso dormitorio temporal, primero con un colchón hinchable que había que reinflar varias veces a lo largo de la noche, luego con un colchón de verdad que me suavizó dos tonos mis ojeras.
En dos momentos de su historia fue ampliado, hasta que ya no quedaron paredes que tirar sin dañar la fachada o invadir la casa del vecino… Entonces se convirtió en lo que fue sus últimos años: una zona multiusos que cumplía la función de salón, comedor y estudio.
De todas esas transformaciones han ido quedando huellas: techos a diferentes alturas, marcas en el suelo que recuerdan los tabiques antiguos, pero sobre todo, los utensilios de pintar, que no quisieron ser desterrados de su antiguo imperio.
November 20, 2009 at 8:31 am
Un Spectrum 48k y Deleuzes machacaos en la estantería… Esto… ¿Te quieres casar conmigo? :-P
November 20, 2009 at 16:50 pm
q mejor homenaje a tu antiguo hogar q éste q estás haciendo estos días, q maravilla la verdad, tendrás q dejar una casa megachula para q supere lo q tenías, me la podías haber dejado un tiempo para mi o algo antes…
para cuando veremos resultados?? :)
creo q cuando tenga mi propio hogar, ya se a quien pedir q me lo decore…
November 21, 2009 at 11:02 am
Hermoso retrato del alma (la mía; supongo que la tuya y la de casi todos), que no consigue encontrar un colchón de verdad y tiene ojeras hasta los pies.
November 21, 2009 at 12:14 pm
Cuando entras a una casa te puedes hacer una idea de quién la habita. Tras deambular unos días por tu hogar hemos llegado al salón-corazón y allí está esa hermosa ventana roja de medio punto por la como poco entraría Peter Pan una noche cualquiera. Por favor, dime que tras la obra esa ventana tan maravillosa no cambiará..!
November 21, 2009 at 12:42 pm
jajaja, Marcos, no sabía que un ordenador a cassette y un filósofo francés pudieran tener ese efecto… … ¡cuánto dinero tirado en lencería! :p
Gracias, Isra, ¿los resultados? yo también me lo pregunto, pfffff.
NáN, mis ojeras incluso luego de llegar a los pies, ¡trepaban por la espalda!
;)
alicia, esa fue una de mis peleas con el jefe de obra, yo insistía en que la quería conservar y él en que pusiera una con cámara de aire y fibra de vidrio… pero finalmente, a pesar de que ahora me mira como a una excéntrica, gané yo :)
November 22, 2009 at 12:30 pm
Menos mal… que se conserva la ventana, al menos. Es preciosa. Levantarse por la mañana y mirar por ahí lo cambia todo, lo de fuera y lo de dentro.
November 22, 2009 at 15:32 pm
Esa es además la ventana preferida de mi gata :)
November 22, 2009 at 22:40 pm
¡Craso error! Con la lencería se conquista el ‘cerebro’ del hombre, pero no su corazón ;-D
November 22, 2009 at 23:09 pm
¿craso? será raso, estábamos hablando de lencería, ¿no? :p
(estamos de acuerdo) ;)
December 27, 2011 at 17:13 pm
Bonito blog, una pregunta, que técnica has utilizado para dar color a las botellas de coroníta.
Gracias por anticipado.
antoinedoinel@msn.com
December 28, 2011 at 11:07 am
Hola, Antonio, las botellas están rellenas de pigmentos de colores (que me sobraron del primer año de Bellas Artes), o sea, no están teñidas, sino que contienen color en polvo! :)