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“Aquellos hombres trabajaban para la eternidad…”
Y que sigan alargándose…
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Dicen de Stromae que es el nuevo representante de la chanson francesa (curioso porque es belga), lo comparan con Jacques Brel, destacan su estrepitoso éxito en todo el mundo.
A mí me gusta su originalidad. Sus letras hablan de soledad, machismo, enfermedad, maltrato, desamor… podríamos decir que es bastante deprimente, pero sus textos se calzan en acordes electrónicos, música disco, rap y a veces con evocación de ritmos africanos. La mezcla es espectacular. Formidable – fort minable, cancer – quand c’est, Stromae juega con el lenguaje como lo hace con la música que lo envuelve, escribe en claroscuros tanto la forma como el contenido.
Ayer disfrutamos de Stromae en vivo, un espectáculo cuidado al detalle, como no podía ser de otra forma.
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Si decía que me gustaba por su originalidad, este es un ejemplo de ella: un videoclip grabado con cámara oculta.
¡Disfrutad!
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Reconozco que últimamente este blog avanza lento como una tortuga, pero como recompensa y justificación diré que desde hace un mes hay otro blog que L. y yo estamos alimentando diariamente. Si os gusta Roma, seguramente disfrutaréis dando un paseo por aquí: http://romedailyphoto.wordpress.com
Ci vediamo!
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Doce fotos para doce meses:
Hay algo en esta foto que me recuerda a Magritte, a esa serie de cuadros donde se contradicen el día y la noche, L’Empire des lumières.
Roma y sus cielos son también un imperio de luces y la noche en que fue tomada esa foto fue toda algo surrealista.
Comenzó mirando al Palatino, donde nació Roma cuando una loba adoptó a dos pequeños humanos, Rómulo y Remo. Y donde ahora viven árboles que observan la ciudad desde ventanas a cielo abierto. ¡El Palatino es sin duda la más surrealista de las siete colinas de Roma!
La tarde prosiguió en el Aventino, donde una fuente enigmática propiciaba las reflexiones de este perrito metafísico.
Vimos atardecer desde el mirador del Jardín de los naranjos, frente a una impresionante colina que no es una de las siete colinas de Roma, el Gianicolo, donde divisamos la Academia de España, con una de las arquitecturas más surrealistas de Roma: un claustro que en lugar de contener un árbol o un pozo como normalmente sucede, cobija un templo en miniatura crecido de una semilla de piedra plantada hace cinco siglos.
¿Cómo terminó la noche? Pues llegamos a una placita donde Piranesi escondió un regalo. Para descubrirlo hay que asomarse por el ojo de una cerradura. No quiero desvelar la sorpresa, pero como pista diré que el Vaticano no debe de ser tan grande…
Esa noche soñamos embriagados de tanto surrealismo romano.
En Roma un dragón protege las torres y las aguas del Tíber.
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Cuando hace dos meses nos mudamos a Perugia supe que mi cámara se iba a llenar de cielos.
Algunos días estuvimos más cerca de las nubes que de la tierra.
Otras veces fuimos espectadores de complicados efectos teatrales.
Hubo días de luz nítida y cielos borrosos.
Pero, poco a poco, il cielo è sempre più blu!
Mientras escribo escucho esta canción de Rino Gaetano:
En unos días dejamos esta ciudad, ¡echaré de menos estos cielos!
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El día del trabajo no trabajé.
Al salir a la calle nos encontramos con una manifestación de globos que estiraba aún más hacia el cielo a esta ciudad ya pura cuesta.
Después vinieron paseos por lugares callados.
Bocadillos bajo un techo de glicinias.
Escaleras arriba…
y escaleras abajo.
Descubrimos un pequeño oasis de casas art-nouveau.
Pillamos in fraganti a unas palomas haciendo palomitas :)
Y volvimos a casa caminando por un acueduto por donde hace ocho siglos corría el agua.
Un primo maggio perfecto.
Cada año sale en el telediario la noticia de una plaga de medusas invadiendo tal costa.
Este año, hartas de tanto protagonismo, las medusas han decidido dejar la playa y veranear en la ciudad.
Claro está, estas son medusas primaverales.
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Hoy la sonrisa etrusca es un poco más pequeña.
Adiós, José Luis Sampedro.
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Hay mudanzas que se van haciendo poco a poco, dejando cada día objetos que acaban por encontrar su espacio de forma natural. Hay otras que requieren de más preparación y se recuerdan en el calendario. Así fue la nuestra, la de mi gata y mía, cuando un 4 de abril de hace 3 años cogimos un avión para venir a esta ciudad de estratos superpuestos.
Y como estratos se han ido acumulando mis cosas, conquistando un rinconcito en una casa que en sí es un rincón.
En estos tres años, he coleccionado trocitos de Romas que atesoro en mi memoria y en mis fotos, pero esta ciudad, como una inmensa caja de tipógrafo, guarda siempre nuevos huecos que rellenar con otras letras que todavía están por entintar.
Desde su ventana, Kira me mira divertida.
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El picnic del domingo en la Via Appia.
El tema del día…
o tema “in”…
El Vaticano.
¿volará en esa bandada el espíritu santo?
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Enero ha traído viajes en tren con paisajes blancos de granizo.
Niebla que iluminaba las montañas desde abajo.
Nieve subrayando el horizonte.
Hebras de nubes que tocaban el suelo.
Pero también atardeceres soleados.
Granizo, niebla, nieve, lluvia, nubes y sol son las hojas coloreadas de mi calendario arbóreo del 2013.
Me esperan muchas hojas de colores para los próximos meses.
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Si tuviera que comprar lápices, iría a esta papelería.
Para los productos de limpieza, entraría en la Drogheria dalla pioggia.
Mis zapatos viejos los llevaría a este zapatero.
El pescado del domingo saldría de esta pescadería.
Y si necesitase un abogado, sin duda acudiría aquí.
¡Atticus Finch vive ahora en Italia!
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