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“Aquellos hombres trabajaban para la eternidad…”
Para hacerme perdonar la ausencia de este año, dejo aquí 25, sí, sí, ¡25! vídeos con mi día a día de diciembre. Es lo que en Youtube llaman “vlogmas”, un vídeo-blog diario desde el 1 al 25 de diciembre. Este año he hecho Vlogmas y estos son los 25 vídeos.
¿He dicho ya que son 25? ¡Feliz atracón!
¡Feliz 2016!
Y que sigan alargándose…
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Dicen de Stromae que es el nuevo representante de la chanson francesa (curioso porque es belga), lo comparan con Jacques Brel, destacan su estrepitoso éxito en todo el mundo.
A mí me gusta su originalidad. Sus letras hablan de soledad, machismo, enfermedad, maltrato, desamor… podríamos decir que es bastante deprimente, pero sus textos se calzan en acordes electrónicos, música disco, rap y a veces con evocación de ritmos africanos. La mezcla es espectacular. Formidable – fort minable, cancer – quand c’est, Stromae juega con el lenguaje como lo hace con la música que lo envuelve, escribe en claroscuros tanto la forma como el contenido.
Ayer disfrutamos de Stromae en vivo, un espectáculo cuidado al detalle, como no podía ser de otra forma.
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Si decía que me gustaba por su originalidad, este es un ejemplo de ella: un videoclip grabado con cámara oculta.
¡Disfrutad!
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Reconozco que últimamente este blog avanza lento como una tortuga, pero como recompensa y justificación diré que desde hace un mes hay otro blog que L. y yo estamos alimentando diariamente. Si os gusta Roma, seguramente disfrutaréis dando un paseo por aquí: http://romedailyphoto.wordpress.com
Ci vediamo!
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Debe de ser la temporada.
Desde que crecieron en mi buzón estas preciosas granadas de la cosecha de Caridad, no he dejado de tropezarme con ese fruto.
Doce fotos para doce meses:
Hay algo en esta foto que me recuerda a Magritte, a esa serie de cuadros donde se contradicen el día y la noche, L’Empire des lumières.
Roma y sus cielos son también un imperio de luces y la noche en que fue tomada esa foto fue toda algo surrealista.
Comenzó mirando al Palatino, donde nació Roma cuando una loba adoptó a dos pequeños humanos, Rómulo y Remo. Y donde ahora viven árboles que observan la ciudad desde ventanas a cielo abierto. ¡El Palatino es sin duda la más surrealista de las siete colinas de Roma!
La tarde prosiguió en el Aventino, donde una fuente enigmática propiciaba las reflexiones de este perrito metafísico.
Vimos atardecer desde el mirador del Jardín de los naranjos, frente a una impresionante colina que no es una de las siete colinas de Roma, el Gianicolo, donde divisamos la Academia de España, con una de las arquitecturas más surrealistas de Roma: un claustro que en lugar de contener un árbol o un pozo como normalmente sucede, cobija un templo en miniatura crecido de una semilla de piedra plantada hace cinco siglos.
¿Cómo terminó la noche? Pues llegamos a una placita donde Piranesi escondió un regalo. Para descubrirlo hay que asomarse por el ojo de una cerradura. No quiero desvelar la sorpresa, pero como pista diré que el Vaticano no debe de ser tan grande…
Esa noche soñamos embriagados de tanto surrealismo romano.
En Roma un dragón protege las torres y las aguas del Tíber.
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El verano inicia con la primera grattachecca junto al río.
Mientras, en la Isola Tiberina, los estorninos deciden sobre qué rama posarse y las enredaderas se entretienen tapizando Trastevere.
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El picnic del domingo en la Via Appia.
El tema del día…
o tema “in”…
El Vaticano.
¿volará en esa bandada el espíritu santo?
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Hoy he pasado el día entre letras.
Feliz L de Lunes.
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Enero ha traído viajes en tren con paisajes blancos de granizo.
Niebla que iluminaba las montañas desde abajo.
Nieve subrayando el horizonte.
Hebras de nubes que tocaban el suelo.
Pero también atardeceres soleados.
Granizo, niebla, nieve, lluvia, nubes y sol son las hojas coloreadas de mi calendario arbóreo del 2013.
Me esperan muchas hojas de colores para los próximos meses.
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La discreción de los gatos.
Ayer fue noche de paseo, pizza y cine al aire libre, en Roma, viendo la Roma de Woody Allen.
Para mi padre, que hoy cumple un año.
Hace un año conocimos a los inquilinos de un castillo con patio y fuente.
Un conejo pardo, que quería ser piña.
Un conejo blanco, sin reloj y sin prisa.
Unas nutrias que algunos creían ratas (no, no, eran nutrias).
Un jardinero disfrazado de conejo.
Un gato con nostalgia de Sabana.
Y sobre todo, una garza, siempre solitaria, que nos acompañó durante dos meses.
Mi padre volvió a aprender a caminar y dijo lunes, mamá, Ricardo y Sara.
Y la garza conoció a otra garza, y se hizo eterna.
Every tree has its bird.
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