Esta es una de las joyas del Museo: una escultura de un púgil en reposo, con las marcas de la pelea en su piel de bronze.
Muchas cabezas con peinados y tocados maravillosos.
La preciosa Teti pensativa y un acróbata en una postura imposible.
Y, por último, el paraíso en cuatro paredes, la Villa di Livia a Prima Porta.
Como dice la canción de Gino Paoli “… questa stanza non ha più pareti, ma alberi, alberi infiniti…”
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