Trabajando en un nuevo proyecto :)
El picapinos terminó su casa con la llegada del otoño, había pasado todo el verano tamborileando aquel tronco mientras el sol picaba sus alas.
El día de la inauguración acudieron todos sus vecinos del bosque, algunos todavía molestos por las siestas que no habían dormido al toc toc de su pico.
Ahí están todos, asomados a las ventanas, menos el picapinos, que fue quien tomó la foto.
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Continuando con el Nueva York cinematográfico, no podía faltar el paseo por Little Italy siguiendo las huellas de Vito Corleone.
Eso sí, las pizzas tenían poco de italianas ;)
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Este globato, o globo-gato está volando sobre mi tienda.
Todas estas cositas también las podéis encontrar aquí: Society6 Teconlene.
He fotografiado muchas escaleras buscando a Holly y el sonido de su Moon River.
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Siete días en Nueva York, ¡siete días de película!
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Y cuando digo de película es porque la ciudad nos ha ofrecido decorado y escenario donde recrear escenas de los grandes clásicos, con gafas de sol a lo Gary Grant incluidas; porque hemos peregrinado por puentes y tiendas homenajeando a nuestros ídolos de la gran pantalla; y porque el cine nos ha sorprendido en las esquinas regalándonos un rodaje de asesinatos, polis y ambulancias.
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Hemos visto el espejismo de una casa hopperiana.
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Hemos mirado mucho hacia lo alto, pero desde muy muy abajo…
Y también hemos mirado hacia abajo, desde muy muy alto…
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Hemos jugado a la diferencia horaria cada vez que mirábamos la hora… sí pero en España son las…
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¡Y también hemos pasado mucho frío!
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Pero sobre todo, nos hemos vuelto a casa con esta ciudad tatuada en dorado.
Los duendes tienen poderes, como todo el mundo sabe, pero algo que no es tan conocido es que los erizos también.
Me contaron que un duendecillo necesitaba de un extra de magia para poder hacer sus conjuros y pensé que si enviaba un erizo en su búsqueda, entre los dos seguramente podrían con todo. Para que el erizo no viajase solo (les encanta hablar y se ponen muy nerviosos si no hay quien les escuche) convencí a un perro, un gato y un pájaro para que lo acompañasen en su aventura. Y es así como este grupo de valientes ha emprendido el camino hacia un mundo de color turquesa, donde viven los duendes y su magia.
Sentada en esta silla turquesa está la mamá del duende, que está haciendo una preciosa labor de concienciación de donación de médula. Su duende ha tenido mucha suerte y ha encontrado muchos erizos por el camino, pero otros todavía necesitan de vuestra magia.
Si queréis que el erizo, el perro, el gato y el pájaro vayan a veros, podéis participar en este sorteo respondiendo unas sencillas preguntas.
¡Hay muchos otros premios!
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Reconozco que últimamente este blog avanza lento como una tortuga, pero como recompensa y justificación diré que desde hace un mes hay otro blog que L. y yo estamos alimentando diariamente. Si os gusta Roma, seguramente disfrutaréis dando un paseo por aquí: http://romedailyphoto.wordpress.com
Ci vediamo!
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Debe de ser la temporada.
Desde que crecieron en mi buzón estas preciosas granadas de la cosecha de Caridad, no he dejado de tropezarme con ese fruto.
Doce fotos para doce meses:
La grafiosis es una enfermedad que afecta a los olmos. A mí me ha estado rondando estos últimos meses y los jardineros han querido sacar unas fotos de mis anillos. En la última imagen descubrieron que todo estaba tranquilo: vieron un gatito dormido y unas flores.
Para el 2014 me pido estar bien regada y cuidada como el olmo del botánico, que este año ha cumplido 110 anillos.
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Podría imaginarme viviendo en una casita de jengibre como la de Hansel y Gretel, pero sin bruja y con ardilla.
Mi amiga Pilar, alimentando mis sueños, me lo ha puesto más fácil convirtiéndome en una preciosa galleta de cuento y regalándome como compañeros de aventura un gato, un pájaro y otros personajes de jengibre.
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Hoy han salido hacia su destino varias cartas repletas de Navidad.
En Florencia vive Moby Dick.
Sí, has leído bien: en Florencia vive Moby Dick y lo que contaré ahora explica esta curiosa afirmación.
Hace muchos años Herman Melville pasó una temporada en esta ciudad. Se alojó en lo que entonces era un bellísimo palazzo trasformado en hotel. El Palazzo Bartolini-Salimbeni había pertenecido a una familia de nobles que hicieron grabar en sus ventanas la enigmática frase “per non dormire“. Hay varias teorías acerca del sentido de esta frase, quizá sea el principio del origen de su riqueza, o bien el anhelo de no ser olvidados si interpretamos “dormire” como pasar al olvido…., no se sabe, pero seguramente estas tres palabras inspiraron a Melville cuando escribió:
La vejez siempre es insomne, como si al alargarse el lazo que lo une a la vida, el hombre quisiera alejarse de todo lo que se parece a la muerte. Entre los capitanes de navíos, los ancianos de barba gris suelen dejar sus literas para visitar los puentes envueltos en la noche.
Como el capitán Ahab, fuimos a visitar los puentes y dimos con uno muy viejo, tan viejo como la ballena blanca.
Pero era pronto y per non dormire seguimos el cauce del Arno. Allí, más adelante, surgió por un segundo el lomo de Moby Dick.
Cuando quisimos inmortalizarla ya se había sumergido de nuevo, y en nuestra fotografía solo se distingue el leve reflejo de su pálida piel.
En Florencia vive Moby Dick y Melville lo sabía, pero hizo que su capitán Ahab diese alguna vuelta por los mares porque si no, la gran novela habría sido un cuento breve.
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¡Ha nevado! se dice antes de dar los buenos días cuando uno vive en ciudades donde la nieve es poco habitual.
Y así nos hemos despertado hoy, con los tejados tímidamente blancos, pero con la palabra nieve tiñendo las conversaciones.
Hoy celebro un año más con un deseo de viajes dentro de viajes dentro de viajes… donde crezcan muchas flores.
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